Covid-19 exhibe desigualdad tecnológica en universidades públicas
Los docentes de todas las edades tuvieron que modificar estrategias pedagógicas, los estudiantes debieron usar la tecnología para aprender, y no para entretenerse o comunicarse
Las herramientas digitales se volvieron elementales para continuar con las actividades académicas durante la pandemia de coronavirus, sin embargo este hecho se evidenció la falta de capacitación de profesores y alumnos en el uso de estas herramientas, así como la desigualdad de acceso a recursos tecnológicos en la población.
No estábamos preparados para esta situación, tuvimos que cambiar la metodología de enseñanza y que adaptarnos al empleo de las tecnologías para continuar con el trabajo docente, explicó Antonio Buitrón, profesor de química en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Los docentes de todas las edades tuvieron que modificar estrategias pedagógicas, los estudiantes debieron usar la tecnología para aprender, y no para entretenerse o comunicarse, mientras los padres de familia se convirtieron en guías y aprendices para auxiliar a sus hijos ante este nuevo panorama, explicó .
Antonio imparte clases en dos escuelas, en un instituto público y en un privado, donde las condiciones y herramientas para la enseñanza son diferentes.
Explicó que en el colegio particular los alumnos tienen acceso a herramientas digitales para el aprendizaje, incluso ya se tenía contemplado un programa para realizar evaluaciones en línea, además que se contrató el servicio de una plataforma para realizar sesiones virtuales.
El docente relató que imparte su clase con pizarrón y plumón por medio de un programa digital, reparte actividades a los alumnos para su realización individual, pero con el acompañamiento para resolver dudas durante el proceso.
En su contraparte, develó las complicaciones para realizar una sesión en línea con sus alumnos de la escuela pública, puesto que es difícil organizar una actividad virtual con grupos numerosos, los cuales llegan a ser de hasta 80 alumnos.
Aunado a ello, indicó que algunos estudiantes tienen limitaciones en el acceso a herramientas tecnológicas para realizar actividades de esta clase.
Aunque el 70% de la población en México de más de seis años refirió hacer uso de internet, el 44% de los hogares tiene acceso a una computadora, mientras el 56% dispone de internet, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) del 2019.
La situación se complica al comparar las regiones del país, puesto que el 76% de la personas que viven en un ambiente urbano hacen uso de este servicio tecnológico, mientras la cifra se reduce a 47% para quienes están un sector rural, reveló la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019.
Ante esta diferencia entre regiones del país, Antonio Buitrón sugirió que el gobierno federal debería generar un análisis sobre la situación que atraviesa el país en dicho ámbito, así como dotar de infraestructura básica para las áreas más necesitadas del territorio nacional.
La voz del alumnado
María, estudiante de la Facultad de Química de la UNAM, comentó que es complicado adaptarse al nuevo sistema en línea, puesto que algunos profesores apuestan por el regreso de las clases presenciales para evaluar, mientras otros decidieron utilizar las plataformas para su labor académica, lo cual le genera incertidumbre en su calificación.
Bajo el esquema digital, aseguró que el aprendizaje depende del alumno: si se busca más sobre el tema o se repasan las materias; sin embargo al estar físicamente frente al profesor la resolución de dudas es mucho más eficiente.
Relató que su carrera implica materias experimentales con procedimientos en laboratorios, lo cual es fundamental para su formación, aunque desconoce qué pasará con ese tipo de materias que son prácticas.
Abundó que algunos profesores se han excedido en tareas y no dan clases referentes al tema, incluso algunos les han hecho ver cómo si la emergencia sanitaria fuera su responsabilidad.
“Si regresamos a clases en junio yo no me pienso exponer en un salón con 60 o 70 personas, no se puede tomar la sana distancia ahí”, afirmó.
En el caso de Mara, quien estudia en la mismo campus universitario, detalló que algunos docentes no comprenden las variables a las que están expuestos los estudiantes al estudiar de manera remota, como la estabilidad de la conexión a internet, lo cual sale de su alcance.
En cuanto a las materias experimentales, apuntó que ha tenido complicaciones porque algunos profesores no se saben explicar de manera clara en los documentos que redactan como parte de su clase.
“Es una buena herramienta para que los profes redacten bien, pero cuando no dan de su parte, sólo mandan documentos o intentan explicar algo leyendo y eso no va a funcionar”, sentenció.
Otra de las adversidades ante este sistema digital son las plataformas en las que se imparten las clases, ya que algunas no resisten conectar a muchas personas al mismo tiempo, señaló Gabriel, estudiante del Universidad Tecnológica de México (Unitec).
“Los maestros no saben manejar del todo las plataformas, dejan tareas complicadas, pero las tienen que realizar. Aunque depende uno si haces las lecturas o investigas, es como las clases presenciales, tú sabes si te sales o faltas”, refirió.
Para Israel, quien cursa el último semestre de odontología en la UNAM, lo más complicado fue entrar a los programas digitales donde le impartían clases, puesto que en caso de perder la contraseña, el sistema tarde de dos a tres días en resolver el problema.
“Tienes que estar muy organizado porque te mandan muchos archivos, artículos, manuales en pdf. Se necesita bastante organización para que no se te pase ningún archivo y los mandes en las fechas establecidas, porque el sistema tiene horario y fecha límite”, comentó.
Enfatizó en que los trabajos y tareas tienen poca claridad, además que el alumnado tiene incertidumbre sobre la validez de estas actividades para su evaluación, en lo cual han sido herméticos los docentes.
Es complicado leer todo el material digital que mandan, la vista se lastima y cansa de estar frente a una pantalla por mucho tiempo, indicó Israel, por lo que optó por imprimir, transcribir o copiar los textos académicos.
“La mayoría de los trabajos me los piden a mano y escaneado para verificar que sí los hicimos. No tengo escáner y se me dificulta hacer eso”, señaló.
En ese sentido, Antonio Buitrón recalcó la necesidad de capacitar a los docentes en el manejo de las tecnologías y en la evaluación de los alumnos, ya que algunas veces no queda muy clara la diferencia entre una evaluación y la calificación.
“Los alumnos no saben qué se les está evaluando, tenemos que hacer más eficiente este proceso de evaluación para que los alumnos puedan ver de manera más objetiva su avance”.
Además, insistió en que el conocimiento en las aulas no se puede ver por áreas individuales, ya que se requiere una visión transversal de todas las asignaturas e incluir los elementos de una en otra.
“El profesor tendrá que cambiar esa visión de `esta es mi materia, es única, es individual´. Requierimos una visión donde podamos compartir con otros profesores para verlo de manera más global”
Por ende, subrayó que la formación docente debe comenzar desde las instituciones, las direcciones y rectorías, donde lo más difícil es ponerse de acuerdo, sumar visiones y romper barreras ideológicas.