Corte Suprema de EU elimina el derecho constitucional al aborto
La Corte Suprema estadounidense, profundamente dividida, anuló la elección Roe vs. Wade de 1973 y eliminó el derecho constitucional al legrado, emitiendo un fallo histórico que posiblemente realice que el método sea en parte importante ilegal en medio territorio.
El tribunal votó siguiendo líneas ideológicas, 6-3 para conservar la prohibición de Mississippi luego de 15 semanas de embarazo, y 5-4 para ir más allá y anular explícitamente la situación Roe vs. Wade y el derecho constitucional que estableció.
El efecto promete ser transformador. Veintiséis estados prohibirán o posiblemente prohibirán casi todos los abortos, de acuerdo con el Instituto Guttmacher, una organización de averiguación que secunda el derecho al legrado. Trece poseen las denominadas leyes desencadenantes diseñadas para prohibir automáticamente el legrado. El resultado sigue un borrador de crítica de la mayor parte que Politico obtuvo y divulgó este 3 de mayo. Escribiendo para la mayor parte, el juez Samuel Alito mencionó que la corte de Roe “usurpó el poder para abordar una cuestión de intensa trascendencia moral y social que la Constitución deja inequívocamente para el pueblo”.
Los jueces Clarence Thomas, Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett se unieron a Alito en la mayor parte. El mandatario del Tribunal Supremo, John Roberts, mencionó que habría defendido la ley de Mississippi, sin embargo no alcanzó anular de manera directa a Roe.
Disidencia conjunta vs elección de la Corte
Los 3 indicados demócratas de la corte, los jueces Stephen Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan, presentaron una disidencia conjunta en una medida bastante inusual.
“Cualquiera que sea el alcance preciso de las siguientes leyes, un resultado de la elección presente es seguro: la reducción de los derechos de las féminas y de su condición de ciudadanas libres e iguales”, redactó el conjunto. Acabaron mencionando: “Con tristeza, por este tribunal, sin embargo más, por los varios millones de damas estadounidenses que hoy han perdido una custodia constitucional importante, disentimos”.
La Vivienda Blanca no hizo comentarios rápido. Centenares de manifestantes se juntaron ante la Corte Suprema una vez que se tomó la elección. Las multitudes incluían partidarios del derecho al legrado y en contra del legrado que gritaban y sostenían carteles. El fallo cumple un sueño de décadas de los conservadores legales y religiosos, al terminar una batalla de medio siglo para anular una de las opiniones más controvertidas en la historia estadounidense.
La mayor parte además anuló Planned Parenthood v. Casey, la elección de 1992 que reafirmó a Roe y estableció lo cual fue la ley de control a partir de entonces. Casey comentó que la Enmienda 14 de la Constitución prohibía a los estados obligar limitaciones significativas hasta la viabilidad fetal, alrededor de a las 23 semanas de embarazo.
Los partidarios del derecho al legrado comentan que anular Roe va a tener un efecto devastador, amenazando décadas de ganancias económicas para las damas y privando a millones del derecho a tomar elecciones profundamente individuales sobre el cuidado de la salud.
Comentan que el impacto va a ser en especial enorme para las damas negras e hispanas, que poseen más probabilidades de carecer de los fondos y la capacidad para ausentarse del trabajo para viajar fuera del estado para abortar.
Peleas futuras sobre el legrado en EU
Es factible que la elección desate batallas en diversas frentes nuevos, integrados los esfuerzos para impedir que los pacientes viajen a clínicas por medio de las fronteras del Estado y reciban píldoras abortivas por correspondencia.
Otras peleas se centrarán en el estado de las leyes de legrado inactivas a lo extenso de un largo tiempo, incluida una prohibición de Michigan de 1931. Los legisladores de los estados antiaborto van a tener que dictaminar si realizan excepciones para los casos de violación o incesto y si imponen sanciones penales a los individuos que abortan. Como lo hizo en su borrador de crítica, Alito comentó que Roe estaba “extremadamente equivocado” y “en curso de colisión con la Constitución a partir del día en que se decidió”. Añadió que ya que la Constitución no menciona explícitamente el derecho al legrado, debería estar “profundamente arraigado en la historia y las tradiciones de la nación” para ser salvaguardado.
Mencionó que, durante la historia de Estados Unidos, la mayor parte de los estados penalizaron el legrado en por lo menos varias fases del embarazo y la “gran mayoría” lo penalizó en 1868, una vez que se adoptó la 14ª Enmienda.
“La conclusión inevitable es que el derecho al legrado no está profundamente arraigado en la historia y las tradiciones de la nación”, redactó Alito. “Por el opuesto, una tradición ininterrumpida de prohibir el legrado bajo pena de castigo criminal persistió a partir de los primeros días del derecho consuetudinario hasta 1973″.
Varios historiadores han cuestionado la lectura de Alito de la historia de USA, argumentando que, hasta mediados del siglo XIX, los estados principalmente no imponían limitaciones al legrado. Roberts comentó que habría tomado un “curso más mesurado” que sus compañeros conservadores, descartando la línea de viabilidad, sin embargo dejando el legrado central en su sitio. El derecho al legrado debe “extenderse lo suficiente para asegurar una posibilidad razonable de escoger, empero no requiere extenderse más, ciertamente no hasta la viabilidad”, redactó.
‘Ciudadanía de segunda clase’ para las féminas en EU
La disidencia conjunta criticó a la mayor parte por centrarse tanto en las protecciones históricas.
“Cuando la mayor parte plantea que debemos leer nuestra carta fundacional de la misma forma que se observó en el instante de la ratificación (excepto que además tenemos la posibilidad de cotejarla con la Edad Media), consigna a las damas a una ciudadanía de segunda clase”, redactaron los disidentes.
la mayor parte del público de Estados Unidos ha secundado sistemáticamente que el legrado sea legal en todos o por lo menos ciertos casos a partir de mediados de los años 70, según datos de Gallup, en lo que solo uno de cada 5 estadounidenses plantea que el método debe ser ilegal en cada una de las situaciones.
Una encuesta de Gallup desarrollada en mayo localizó que el 55 por ciento de los estadounidenses se conocen como “proabortistas”, el grado mayor a partir de 1955. La situación es Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization, 19-1392.