Agricultura Biodinámica: Alimentos saludables para el hombre y el planeta
La Agricultura Biodinámica es el arte de cuidar la tierra y sus cultivos. Cuidando de la alimentación humana y de los animales.
Buscar la armonía entre la Tierra y el cielo, percibir los distintos lenguajes de las plantas y de los animales, integrarse el agricultor y el ganadero en la naturaleza, es la filosofía que la Agricultura Biodinámica difunde, con la intención de conseguir alimentos más saludables, no solo para el hombre, sino para hacer más bello el paisaje y felices a los seres que habitan este planeta.
En América Latina, México, Chile, Argentina, así como en la mayor parte de Centroamérica y Estados Unidos están desarrollando técnicas de agricultura biodinámica, sobre todo para productos específicos como son el café, el aguacate, el chocolate o el arroz, donde su demanda se está elevando de forma exponencial.
El vicepresidente de la Asociación de Agricultura Biodinámica, Ricardo Peñalba explica que la agricultura ecológica “deja de lado los aspectos más sutiles de la agricultura biodinámica, que requieren unos conocimientos y una sensibilidad más holística (‘del todo’ o que considera algo como ‘un todo’), y queda así relegada y a la sombra de los nuevos conceptos ecológicos”.
La agricultura biodinámica es el arte de cuidar la tierra, su cultivo, pero no sólo para la alimentación del hombre sino también la alimentación del animal, y hacer que esa tierra esté continuamente fértil, para lo cual el filósofo y erudito Rudolf Steiner concibió el concepto de ‘Organismo Granja’.
Director de calidad de su empresa familiar, Finca Torremilanos, dedicada la elaboración de vinos de Ribera del Duero (Castilla-León, España) desde 1975, Ricardo Peñalba es también vicepresidente de la Asociación de Agricultura Biodinámica y mantiene las 200 hectáreas de los viñedos a los que, desde el principio, adaptó los sistemas agrícolas biodinámicos, y explica a EFE en qué consiste esta forma de cultivar el suelo y cuidar al ganado.
La Agricultura Biodinámica representa la antesala de la Agricultura Ecológica. “La agricultura ecológica fue creada por gente del movimiento biodinámico en los años 60 del pasado siglo, debido al ritmo imperante de una nueva agricultura intensiva y productiva gracias a las moléculas de síntesis química utilizadas en los abonos, en los fitosanitarios y, por supuesto, en la creación de los herbicidas”, indica a EFE.
Pero, argumenta Peñalba, que ésta “deja de lado los aspectos más sutiles de la agricultura biodinámica, que requieren unos conocimientos y una sensibilidad más holística (‘del todo’ o que considera algo como ‘un todo’), y queda así relegada y a la sombra de los nuevos conceptos ecológicos”.
Devolver la vitalidad y fertilidad al suelo
“Los aspectos más sutiles y diferenciadores de la Agricultura Biodinámica – continúa el enólogo- se encuentran en el uso de unos preparados ‘biodinámicos’ (enmiendas naturales), que ayudan a devolver la vitalidad al suelo y, en consecuencia, su fertilidad. Entonces consideraremos que tenemos un organismo organizado, en donde todo fluye en armonía”.
“Esto va unido al uso consciente del calendario cósmico, teniendo en cuenta los ritmos de la tierra y de la luna principalmente tal y cómo se ha utilizado en la antigüedad, con el fin de desarrollar el concepto ‘Organismo Granja’, creado por el doctor y profesor austrohúngaro (actual Polonia), Rudolf Steiner (1861-1925)”, subraya el enólogo.
Interacción Tierra-Planta-Animal-Hombre
El ‘Organismo-Granja’ se basa en la interacción de tierra-planta-animal-hombre. “Estos elementos crean un organismo vivo organizado, en que todos los actores están directamente relacionados e interactúan armoniosamente entre ellos, dirigidos por la voluntad del hombre, que hace esta interacción posible y crea una relación recíproca multidireccional con el sistema solar”, aclara el propietario de la Finca Torremilanos.
El concepto de Agricultura Biodinámica nace hace casi cien años de la mano de Rudolf Steiner, y asegura Peñalba que con el objetivo de “satisfacer las necesidades que tenían los terratenientes que se dedicaban, en aquella época, no sólo al suelo para cultivar, sino también al ganado, del que habían visto en los últimos años que había disminuido la calidad de su carne y en los que habían aparecido nuevas enfermedades”.
Esta misma situación se reproducía en los cultivos, porque en aquella época la mayoría de las prácticas no eran ecológicas como las conocemos hoy en día, por lo que, tras varios años de pruebas para mejorarlas, Steiner transmitió sus conocimientos.
“Rudolf Steiner sentó las bases de la agricultura biodinámica para mejorar la fertilidad de la tierra y, en consecuencia, la mejora de calidad de los cultivos y de la salud del ganado, además de propiciar, de esa forma, también alimentos llenos de vitalidad para los seres humanos”, añade el directivo de la asociación agrícola.
Esos conocimientos venían a explicar que las prácticas agrícolas que había desarrollado el hombre desde el principio de la era industrial tenían deficiencias y lo que realmente hacían era esquilmar la tierra.
La experiencia agrícola de los monasterios
Pero donde realmente se tenían conocimientos de agricultura y ganadería antiguamente era en zonas alrededor de los monasterios, donde se encontraba la gente culta que estudiaba meteorología, astronomía, los ciclos del tiempo, observaba a las plantas y a los animales, y realizaban una agricultura basada en la fertilidad de la tierra.
Para Peñalba, “el principio básico de la agricultura biodinámica es trabajar desde el concepto de que la tierra es un ser vivo. Hay que observar a la tierra como la fuente primigenia de la vida, y es así porque sobre la tierra crecen las plantas y sobre la tierra transitan los animales que comen lo que crece dentro de ella, y son ellos los que la fertilizan con sus secreciones”.
“Al mismo tiempo también la Tierra es la casa de los microorganismos. Microorganismos, insectos o lombrices están transformando continuamente la materia inorgánica en materia orgánica. Es también la función que realizan las raíces de las plantas”, señala el propietario de la finca Torremilanos.
La agricultura biodinámica es el arte de cuidar la tierra, su cultivo, pero no sólo para la alimentación del hombre sino también la alimentación del animal, y hacer que esa tierra esté continuamente fértil, para lo cual Steiner concibió el concepto de ‘Organismo Granja’.
“Organismo Granja”
Dentro de ese concepto, dice Peñalba, “el papel del hombre en la granja es el de director de orquesta y es el elemento principal dentro de una explotación agropecuaria (de la agricultura y la ganadería o relacionado con ellos). Lo que el hombre lleva dentro es lo que va a trasmitir a su granja, porque su evolución está muy relacionada con su estado. Si uno lleva emociones negativas a su trabajo tiene que saber que todos sus actos tendrán un efecto”.
“Consciencia, coherencia y compromiso sobre lo que está haciendo, además de saber percibir lo que está sucediendo a través de la observación, pero con la mente despejada para descifrar lo que le están diciendo la tierra, el cielo, las plantas y los animales sobre su estado. Es el que tiene que velar por todas sus funciones, para ello su presencia es fundamental y la gente que trabaja dentro de la granja debe ir al unísono”, subraya Ricardo Peñalba.
“La agricultura biodinámica -aclara el enólogo- es más exigente que la agricultura ecológica. Lo que se busca, sobre todo, es que el alimento esté lleno de vida, que tenga energía vital, una cualidad que no es cuantificable, y que la carne cuando llegue a la cazuela también la tenga. El mejor método para cuantificarlo es su sabor y el bienestar que nos produce en el funcionamiento intestinal, además, embellecer la tierra y volver a tener un campo lleno de vida y de felicidad nos influye en nuestra salud general”.
En España, “uno de los grandes retos que tenemos es promocionar estos productos para su consumo”, afirma Peñalba.
“Este es un proceso en expansión a nivel mundial porque tenemos una concienciación de que hay que cuidar más nuestro entorno, más a los nuestros y a todo lo que forma parte de nuestra sociedad”, concluye Ricardo Peñalba.
Fuente: Forbes