Andrés Roemer consigue prisión domiciliaria tras 76 días en una cárcel de Israel
El escritor mexicano Andrés Roemer está en arresto domiciliario. El exdiplomático, acusado penalmente por cinco mujeres de violación, fue detenido el 2 de octubre por la policía de Israel, a donde huyó antes de hacer frente a la justicia mexicana. El departamento internacional de la Fiscalía del Estado de Israel presentó en octubre una petición de extradición al Tribunal de Distrito de Jerusalén, que tendrá la última palabra sobre el caso. Aunque se ha dado a conocer este martes, desde el 15 de diciembre Roemer continúa el proceso judicial desde su casa en Israel. “En contra de las estadísticas más robustas, salí de la cárcel. Parece ser el primer caso de arresto domiciliario en mi circunstancia”, ha escrito en su cuenta de X, “estos días fuera de prisión he estado necesitado de silencio y resguardo”.
Andrés Roemer era un escritor reconocido, conductor de televisión, asesor político del poderoso Ricardo Salinas Pliego, había sido cónsul y embajador. Su castillo se derrumbó cuando en 2021 empezaron a aflorar testimonios de mujeres que habían sido abusadas y violadas en el sótano de una casona que el exdiplomático tiene en la colonia Roma, en Ciudad de México. En total, fueron 61 mujeres que relataban infiernos o huidas de terror de las manos de Roemer. Muchos de los casos habían prescrito, pero cinco de ellas lo denunciaron en la Fiscalía por agresión sexual. Roemer se evaporó.
De orígenes judíos, Andrés Isaac Roemer Slomianski se refugió en Israel. México cursó una solicitud de extradición por las cinco denuncias de violación. Durante dos años no hubo noticias. Hasta el pasado octubre, cuando parecía más cerca que nunca que el escritor iba a poder ser regresado a los tribunales mexicanos. El presidente Andrés Manuel López Obrador se mostró confiado en que la justicia israelí aceptaría la extradición. Israel no tiene tratado de extradición con México, por eso, es también allí donde reside Tomás Zerón, quien fue jefe de investigaciones durante la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y está buscado desde hace años por delitos de tortura y desaparición forzada.
La carta que ha escrito Roemer, cuyos fragmentos han sido publicados en la cuenta de Justicia X Roemer, relata la crudeza de la cárcel: “Estar fuera de la cárcel en medio oriente, entre hebreo y árabe… durante la guerra y siendo absolutamente inocente de barbaridades que se me han fabricado… es un sentimiento de gracia y hierofania. Fueron 76 días… más de 25 de ellos con la misma ropa, nunca con un espejo, siempre acosado a la violencia. Al final del camino yo reconozco; que no es un pedazo de pan o de papel de baño lo más inexorable de la existencia; sino las personas que uno ama y de quien uno es amado. Mis amigos, familia, pos pareja, cuñadas y cuñado, amados tanto”.
El exdiplomático siempre ha negado las acusaciones de las mujeres, aunque hayan sido decenas. “Ahora te linchan igual si echas un piropo que si descuartizas a una persona”, dijo en 2021. En la misma tónica escribe ahora su comunicado, en el que acusa haber sido víctima de una “cacería”: “La historia vivida en mis últimos años es inefable. Me abandonó el mundo. A pesar de ello, en prisión escribí mi ser y sentir. En el libro (pronto a publicarse): “La verdad ya no importa”. Aparecen mucho de sus nombres. Mi gratitud”.
Roemer mantiene que Israel le ha concedido la prisión domiciliaria porque “descubrió mil falacias mexicanas y evaluó a detalle que yo tengo de peligroso, lo que un peluche conlleva”: “Falta mucho aún. La política sigue estando por encima de la justicia”, señala en referencia a que sigue arrestado por su proceso por la extradición. Mientras, al otro lado del mundo, cinco mujeres esperan, después de años, al menos poder llevarlo ante un juez.