Así progresó el uso de la tecnología en México durante la pandemia
Si bien se dio un salto en la digitalización de la vida en el país, especialistas apuntaron que aún se deben atender aspectos fundamentales como la ciberseguridad
El 2020 obligó a la población a dar un salto en la digitalización de sus tareas. A raíz de la pandemia, en México se dio un paso importante hacia el futuro, debido a que gran parte de los ciudadanos aceptaron a las herramientas tecnológicas como parte de su cotidianidad, sin embargo, en ese camino muchos se han quedado muchos rezagados.
A lo largo de la emergencia sanitaria, campos como el de la educación, el trabajo o la salud se vieron inmersos en dinámicas que habían sido poco desarrolladas hasta antes del confinamiento y si bien las herramientas digitales ya eran parte del día a día antes de este periodo, su progreso avanzaba a un ritmo más bien lento.
Fabián Romo, director de Sistemas y Servicios Institucionales dentro de la Dirección General de Cómputo y Tecnología de la Información de la UNAM, quien destacó que la pandemia fue parte fundamental para acelerar este proceso.
La forma en que la sociedad se adaptó la tecnología alteró su devenir tanto en el corto, mediano y largo plazo, refirió el especialista. “En el corto va a ser cada vez más necesaria para la continuidad de los procesos educativos, laborales, de servicios de sociales y de salud, entre otros”, explicó.
Respecto al mediano plazo, la digitalización se verá reflejada en una mayor proporción de servicios y procesos productivos automatizados, mientras que a largo plazo, la participación de los humanos en tareas repetitivas será mínima.
Además, Romo también resaltó que derivado de la necesidad de usar estas herramientas se generó un cambio de paradigma en la mentalidad de ciertos sectores de la población que mostraban reticencias hacia la adaptación de la tecnología, lo cual resultó de suma importancia para sobrevivir durante la pandemia.
No obstante, advirtió que derivado de los pasos al futuro que se están dando, la relación entre la realidad física y la virtual también se ha modificado, pues durante este tiempo habremos entregado más información y la tecnología habrá conocido mejor la conducta humana.
Asimismo, la dependencia a los dispositivos, sus aplicaciones y a la información que nos pueden proporcionar también será mayor, aunque la explicación de esto es que el avance tecnológico será el responsable de “consolidar un nuevo modelo económico basado en su progreso y, por lo tanto, nuestro desarrollo también estará ligado a estas herramientas”.
Por ello, Romo resaltó que se deben desarrollar habilidades relacionadas con el “uso adecuado de la tecnología”, es decir, tener un consumo equilibrado correspondiente a las necesidades del usuario y sus familiares, lo cual tendrá un impacto positivo en su vida y en las áreas de la misma que puede cubrir.
“Los individuos”, detalló, “deben desarrollar aptitudes para saber cuáles son sus necesidades digitales, aquellas que les ayudarán a dimensionar el o los dispositivos que realmente les serán útiles, así como los servicios que contrata”.
La tecnología al servicio de la salud en tiempos de pandemia
La salud se convirtió en el tema más importante alrededor del mundo. Y no es para menos, pues el virus SARS-CoV-2 provocó millones de fallecimientos y, para evitar los contagios, también generó nuevas formas de comunicación digital entre pacientes y especialistas.
De acuerdo con un estudio de la agencia de análisis Minsait, en el sector médico, la digitalización y el uso de las herramientas se hizo visible en tres tendencias principales, la virtualización de las consultas; la creación de aplicaciones y chatbots, los cuales pueden ayudar a la población en torno a la información que reciben; así como el uso de inteligencia artificial para procesar grandes volúmenes de datos.
Un ejemplo de telemedicina en México se dio a través de Doctoralia, una propuesta cuya idea principal es vincular a profesionales de la salud con sus pacientes para asuntos como citas médicas sin la necesidad de que salgan de casa.
Ricardo Moguel, director general de Doctoralia en México, Colombia y Argentina, explicó que a raíz de la pandemia, esta red se transformó de manera que las personas, principalmente aquellas que están identificadas como vulnerables, no salieran de casa.
“Los médicos nos pidieron una alternativa para que continuaran atendiendo a sus pacientes, ahí es cuando nosotros desarrollamos el concepto de Consulta en Línea”, el cual, profundizó, es conectar a gente que cree tener síntomas de la enfermedad con especialistas en afecciones respiratorias para evaluarlos de manera remota en un tiempo de entre 15 y 25 minutos y así darles recomendaciones.
Uno de los objetivos más relevantes de este recurso en línea, detalló Moguel, es “reducir la cantidad de personas en los hospitales, ayudar a liberar las instituciones médicas en donde sólo se atienden los casos más graves de COVID-19”.
Las herramientas digitales se convirtieron en parte de la educación
La educación también fue uno de los aspectos que dio un vuelco de grandes proporciones. Las escenas de niños frente al televisor o a la computadora durante largos periodos sin un regaño de las madres se volvió algo cotidiano, sin embargo, en este asunto aún hay aspectos que se deben mejorar y el más relevante es la brecha digital.
En julio, Germán Álvarez Mendiola, jefe del Departamento de Investigaciones Educativas del Cinvestav, realizó un análisis del impacto de la pandemia en el sistema educativo mexicano, en el cual señaló que la emergencia sanitaria tomó por sorpresa a la educación y la respuesta fue improvisada.
Según datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las Tic en los Hogares, 64% de la población utiliza el internet, pero sólo el 53% lo tiene en casa. En zonas urbanas, el 73% de los habitantes usa internet, mientras que sólo el 40% hace uso de este recurso en áreas rurales. El dato es más preocupante si se toma en cuenta a quienes tienen el servicio en casa, pues únicamente representa al 4 por ciento.
“En las clases a distancia, las tecnologías digitales se tomaron como una vía para distribuir servicios educativos, pero carentes de un impacto positivo, porque se usan en un paradigma acartonado, acumulativo de conocimiento y no atento al desarrollo cognitivo; en sí mismas, las tecnologías no ayudan a fortalecer la educación”, reflexionó.
Desde su perspectiva, también ha sido relevante el problema de la falta de capacitación de los maestros para emplear la tecnología dentro de su trabajo docente. Muchos de ellos tuvieron que improvisar, pero la mayoría continuó con la dinámica de repetir contenidos y generar actividades rutinarias.
Cabe mencionar que toda esta situación también llegó a generar problemas emocionales derivados del alejamiento de la escuela como un espacio físico, pues éste, además de ser un sitio donde se acudía para tomar clases, también era un lugar para que los alumnos compartieran experiencias y sentimientos de una manera cercana.
De acuerdo con un estudio elaborado por la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), los jóvenes y docentes se enfrentaron a tensión o nerviosismo, a malestares, alteraciones o frustraciones, incluso cambios de ánimo que afectaron tanto sus hábitos de alimentación como los de sueño y descanso, debido a las nuevas formas de impartir clases.
Los procesos de trabajo también se digitalizaron
El trabajo es otro de los aspectos en los cuales se dieron importantes pasos durante la pandemia, pues una importante cantidad de empresas a lo largo del país tuvieron que acelerar su transformación digital para adaptarse a las condiciones que estableció la pandemia.
Según el índice de Transformación Digital, elaborado por Dell Technologies tras consultar a más de 4,300 líderes empresariales en 18 naciones, México experimentó un avance en el tema, pues el 52% de las compañías encuestadas ya se considera parte de la categoría “adoptantes digitales”, es decir, se encuentran invirtiendo en la innovación.
A comparación del estudio anterior, el cual data de 2018, las empresas que se posicionaron en este rubro únicamente componían el 31%, pues el 49% se identificaba como “evaluadores digitales”, lo cual significa que apenas estaban considerando llevar a cabo una transformación a lo digital de manera gradual.
La encuesta de este año también reveló que sólo el 6% de las empresas nacionales está en el sector de los “líderes digitales”, que son aquellos que tienen en el centro de su negocio a la tecnología. No obstante, la pandemia ha enseñado que se necesita de un ambiente digital más ágil para destacar en el mercado.
En este sentido, los responsables del análisis explicaron que los retos para la transformación digital en las empresas mexicanas está relacionada con barreras de infraestructura, sociales e incluso políticas, además de la falta de preparación para el uso efectivo de las herramientas.
A pesar de estas condiciones, Dell Technologies detalló que durante el 2020, las tres principales áreas en donde hubo una aceleración relevante fueron las capacidades de trabajo remoto, las experiencias digitales para los clientes y empleados y la seguridad cibernética, un tópico que aún genera problemas dentro la población en general.
La necesidad de avanzar más en cuestión de ciberseguridad
Desde el punto de vista de los especialistas en seguridad informática, este es uno de los temas menos atendidos históricamente y la pandemia dejó muchas evidencias de ello.
Andrés Velázquez, presidente y fundador de la empresa de ciberseguridad estratégica, MaTTica, dijo que tras los primeros días del confinamiento, las empresas se preocuparon por mantener su operación sin darse cuenta del gran reto en cuestiones de seguridad que implicaba continuar laborando desde casa.
“Muchas de las organizaciones no estaban preparadas”, comentó respecto a la poca prevención que habían puesto en sus diferentes procesos. “A nivel administrativo, las empresas pensaban poco en qué tanta información podía ver un empleado desde casa o qué pasaría algunos de sus datos se hacían públicos”.
Esa poca preparación también se vio en los usuarios de las tecnologías, quienes debían estar conectados más tiempo, lo cual representó una oportunidad para los atacantes, quienes se aprovecharon del término COVID-19 para engañar a la gente y robar información o credenciales tanto a nivel individual como empresarial.
Según datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), durante los primeros nueve meses del año, México fue el país más atacado en el panorama virtual de Latinoamérica. En este periodo recibió el 22.5% de ataques de ransomware, que es el secuestro de datos para pedir rescate. En total fueron 1,319,260 vulneraciones dirigidas a 297,000 empresas de la región.
Por ello, la recomendación de Velázquez ante las amenazas virtuales es no confiar, tal y como se ha en el mundo físico. “Trasladar las experiencias de lo real a lo digital. Cambiar contraseñas con regularidad o actualizar nuestros sistemas operativos puede ayudar a mitigar los riesgos. Cuando a un vecino le roban su departamento, ponemos seguros nuevos aunque no nos haya pasado nada a nosotros y lo mismo debemos hacer en lo digital”, ejemplificó.
Y es que el de la ciberseguridad es un campo en el que desde su perspectiva hace falta formación, la cual se debe basar en conocer los riesgos para después tomar las mejores decisiones, tal y como sucedió con la pandemia de coronavirus, resaltó Velázquez.
—Cuando inició la pandemia, poco sabíamos del virus, pero conforme pasó el tiempo conocimos su forma de propagación y las complicaciones que podría generar. Con base en eso implementamos medidas y lo mismo deberíamos hacer en el panorama virtual: entender el riesgo, aplicar medidas, protegernos y comunicar esos asuntos a la gente cercana para controlar el peligro.
Sin embargo, el experto mostró su preocupación en torno a las poblaciones vulnerables en este tema, pues durante esta adaptación hacia la tecnología, “los abuelos y niños no han sido considerados en las estrategias de ciberseguridad y ellos son los blancos principales de los fraudes porque no tienen conocimiento de los riesgos”.
En este camino al futuro donde la transformación digital está dando beneficios, la ciberseguridad también debe tener un papel prioritario. No obstante, esto no se logrará hasta haya vulneraciones que peguen a las organizaciones que están liderando dicha transformación. Hasta entonces, esas empresas van a mejorar sus procesos, reflexionó Velázquez.
Fabián Romo, quien también ha colaborado con la Organización Internacional de Estándares (ISO), coincidió en esta problemática y su razón por la cual este asunto se ha quedado rezagada es que no existe una masa crítica que tenga plenamente identificado este asunto como una prioridad.
“Normalmente, la seguridad informática se ha dado desde los expertos, pero tal vez se necesita una emergencia, como la que vivimos en el mundo físico, para que surja un movimiento social que exija mecanismos efectivos de seguridad digital”, concluyó.
Dimos un paso al futuro, pero…
“Hacernos digitales era necesario”, analizó Romo, cuyo diagnóstico es que efectivamente se dio un paso hacia el futuro al aceptar que estas tecnologías son parte de nuestras vidas y debemos aceptarlas de manera definitiva, pues a través de ella se ha establecido “una nueva forma de organización de la sociedad”.
No obstante, este país aún debe mantener el ritmo en cuanto a las habilidades y competencias digitales de la población, señaló a inicios de mes Roberto Martínez Yllescas, director del Centro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en México para América Latina.
Además, se debe enfrentar a problemas de conectividad, de acceso a banda ancha de fibra óptica y de uso de internet, principalmente en la población adulta. Según datos de esta organización, el acceso a internet entre los mexicanos es del 22%, mientras que el promedio se encuentra en 27% y potencias como Corea o Japón están en 82 y 79%, respectivamente.
Dentro de un informe sobre economía digital, la OCDE puntualizó que en México, 34 millones de personas no tienen acceso a internet. “La pandemia ha incrementado la velocidad de la transición digital”, subrayó la organización regional, la cual también alertó sobre la necesidad cerrar las brechas que ponen en riesgo de dejar a algunas personas y empresas en “desventaja respecto a otras en mundo post-COVID-19”.