Comer champiñones podría ayudar a reducir el riesgo de depresión
Un aminoácido antiinflamatorio de los hongos sería beneficioso contra esta afección, según investigadores de la Universidad de Penn State. Cuáles fueron los resultados del estudio
22 de Octubre de 2021
Diferentes estudios realizados durante años han encontrado los múltiples beneficios que tienen los hongos comestibles para la salud física. Los champiñones, los más comunes de todos, tienen una serie de elementos vitamínicos que fortalecen el sistema inmune y la respuesta corporal ante la presencia de enfermedades. Pero una reciente investigación, realizada por científicos de la Facultad de Medicina de Penn State, encontró que también podrían ayudar a combatir la depresión.
Los expertos analizaron datos sobre la dieta y la salud mental de más de 24.000 adultos. Su investigación de una década, publicada en el Journal of Affective Disorders, mostró que los voluntarios que en su dieta evitaban los hongos tenían más probabilidades de desarrollar depresión.
“Los hongos son la fuente más alta de la dieta de la ergotioneina amino ácido, un antiinflamatorio que no puede ser sintetizados por los seres humanos”, aseguró el investigador principal del estudio, Djibril Ba. “Tener niveles altos de esto puede reducir el riesgo de estrés oxidativo, lo que también podría reducir los síntomas de la depresión”.
De entre todos los hongos comestibles, el que más sobresale es el champiñón, que no debe faltar en ninguna dieta. Según la investigación de Penn State, se encuentra entre los que aportan la mayor cantidad del aminoácido ergotioneína, junto con los hongos shiitake, ostra (también llamada orellana, concha o gírgola) y maitake. Además, aporta potasio, que es un reductor natural de la ansiedad. Aun así, los investigadores no distinguieron qué tipo de hongos se comieron, por lo que no pudieron determinar cuáles son los mejores para reducir las enfermedades mentales.
Los participantes se dividieron en tres grupos, según la cantidad de hongos que comieron. El tercio más bajo no consumió nada, mientras que el grupo medio consumió el equivalente a 4.9 g al día. Los voluntarios en el tercio más alto comieron 19,6 g por día, en promedio. Esto es aproximadamente una cuarta parte de una porción estándar.
Los datos dietéticos se tomaron de los códigos de alimentos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en ingles), que pueden haber sido clasificados incorrectamente o registrados de manera inexacta. Los investigadores tomaron datos dietéticos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición, que se basa en el recuerdo dietético autoinformado de hasta dos días. Y la depresión se midió mediante el Patient Health Questionnaire (PHQ).
Las mujeres blancas con educación universitaria eran más propensas a comer grandes cantidades de hongos, encontró la investigación. La edad promedio de los encuestados fue de 45 años. Los investigadores se ajustaron por edad, sexo y datos demográficos, enfermedades autoinformadas, medicamentos y otros factores dietéticos. También realizaron una prueba separada para ver si la depresión se redujo al reemplazar una porción de carne roja con hongos, pero no encontraron una asociación.
La depresión, a menudo caracterizada por sentimientos de inutilidad, profunda apatía, agotamiento y tristeza persistente, afecta a 320 millones de personas en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. Una cifra que va en aumento, sobre todo por el impacto de la pandemia en la salud mental. Su incidencia es más alta entre las mujeres y la mayoría de los casos se tratan con éxito con fármacos y psicoterapia, aunque hay un porcentaje de enfermos en los que los tratamientos convencionales no funcionan.
Pero al margen de los tratamientos, que son necesarios y salvan vidas, es muy importante la prevención. Y la alimentación, como el ejercicio, es un pilar básico para gozar de una buena salud mental.
Fuente: Infoabe