Hipertensión: ¿sabías que puede afectar mucho más que tu corazón?
Según una investigación reciente, los riesgos que representa la hipertensión arterial no solo se reducen a la posibilidad de sufrir un infarto, tienen graves consecuencias
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades cardiovasculares representan la principal causa de muertes en todo el mundo, lo que representa altos porcentajes de población en riesgo, especialmente si pertenecen a países de ingresos bajos y medios. Sin embargo, estos padecimientos pueden prevenirse si se modifican algunos comportamientos, como el consumo del tabaco, las dietas no balanceadas, la obesidad y la inactividad física.
Algunas personas son más vulnerables a sufrir alguna enfermedad cardiovascular debido a características como la diabetes o la hipertensión arterial, por lo que es necesario detectar estas situaciones de manera precoz para actuar de manera eficaz, según sea el caso. Sin embargo, en el caso de la hipertensión, los problemas o consecuencias van mucho más allá de un riesgo para el corazón.
Más allá de las enfermedades cardiovasculares
Además de los riesgos más conocidos ocasionados por la hipertensión, se ha descubierto que los problemas pueden ir más allá de un ataque al corazón, como la demencia o el Alzheimer. De acuerdo con un estudio elaborado por la Johns Hopkins Medicine, la condición sanguínea de las personas puede estar estrechamente relacionada con los sistemas cognitivos. Según dicha institución, la presión arterial elevada puede dañar los vasos sanguíneos cerebrales y, en consecuencia, dañar partes importantes del cerebro, como las responsables de la memoria y el pensamiento.
Bajo esta línea, Constantine Lyketsos, quien se desempeña como directora del Centro de tratamiento de la memoria y la enfermedad de Alzheimer, destacó que tratar la presión elevada puede beneficiar a las personas con demencia. Las investigaciones concluyeron en que si una persona con Alzheimer tomaba medicamentos para la presión arterial, era menos probable que desarrollara demencia. Sin embargo, también comentó que es importante no automedicarse jamás.
Cambios en la forma de pensar
El artículo de “Hypertension”, publicado el pasado 4 de octubre, asegura que las personas diagnosticadas con presión arterial elevada entre los 35 y los 44 años tenían cerebros más pequeños y presentaban mayor posibilidad de ser diagnosticadas con demencia, en comparación con el mismo rango de edad que no presentó problemas de hipertensión. Esto revela que la edad en la que se padece la enfermedad también representa un factor importante.
Es decir, las consecuencias de la hipertensión arterial podrían representar un riesgo en la forma de pensar de aquellas personas que la padecen, lo que implica un avance significativo en materia de enfermedades cardiovasculares, pero también cognitivas, como en el caso del Alzheimer. De acuerdo con las personas especialistas, la mejor recomendación es atender dicho padecimiento y monitorear constantemente a los pacientes.
Fuente: El Heraldo de México