La recuperación en México es desigual

Ciudad de México. La recuperación de la economía después de la caída de 2020 ya inició, aunque se presenta de manera desigual entre los distintos sectores de actividad y regiones del país. Imprimirle una mayor velocidad depende de la rapidez con la que avance el proceso de vacunación contra el Covid-19, pero también de los acuerdos que entre gobierno y sector privado se generen para acelerar la inversión productiva, planteó Eduardo Osuna Osuna, vicepresidente y director general de BBVA México.

Aseguró que el país atraviesa “la crisis social más importante” en un siglo, pues combina una emergencia de salud pública y una fuerte contracción de la actividad económica que se tradujeron en mayores niveles de pobreza y afectación a millones de familias.

Por ello, expresó, “hoy tenemos un reto como sociedad, todos los sectores económicos y políticos, de tener mayor nivel de consenso en cómo generar esta recuperación y lograr que salgamos lo más pronto posible de lo que ocurrió en 2020”.

En una entrevista con La Jornada, previo a la 84 Convención Bancaria que se realizará esta semana, el directivo del grupo financiero de mayor presencia en el país detalló que, en lo que respecta a la administración pública, es necesario que no sólo se enfoque en la recuperación de la economía tras la pandemia y crisis que provocó Covid-19.

“Debe incrementar (el sector público) el potencial de crecimiento de este país, que solamente se logrará si México aumenta las tasas de inversión, llegar al menos a que sean equivalentes a 25 por ciento del producto interno bruto, como mínimo. Si no estamos ahí, estamos condenados a crecer poco”, indicó.

Describió cómo en el banco se vivió el cierre de las actividades hace casi un año y cuáles son los sectores más afectados por la pandemia.

–¿Qué acciones se requieren para una recuperación más rápida?

–Primero, que el plan de vacunación avance lo más rápido posible. Lo que va a determinar el crecimiento es la velocidad en la aplicación de la vacuna. Si no es rápido, vamos a tener un problema: que la recuperación será más lenta o tendremos algunos posibles cierres adicionales en el futuro.

“La segunda cosa es que necesitamos crear condiciones para que la inversión privada y pública crezca, especialmente la privada. Un país que no tiene suficiente inversión no puede crecer y hemos visto que la inversión privada ha venido cayendo desde 2016.

“El sector público tiene que hacer la parte que le toca, no sólo para la recuperación económica de 2021 y 2022, sino para incrementar el potencial de crecimiento de este país, que solamente es posible si México logra tasas de inversión de, al menos, 25 por ciento respecto del PIB. Si no estamos ahí, estamos condenados a crecer poco, como ha sido en los últimos años.”

–¿La política económica que ha planteado el gobierno genera esas condiciones?

–Hay que generar más certidumbre en términos de no cambiar las reglas del juego a la mitad del partido y sobre todo me parece que tenemos que ser muy asertivos en atraer toda esta inversión de empresas de Estados Unidos que quieren migrar a zonas donde tienen más certidumbre económica y aprovechar uno de los efectos de la pandemia, que dejó ver cómo las cadenas de valor y suministro se rompieron por los temas geográficos. Esa es una gran oportunidad de traerlas a México.

–¿Se está haciendo algún trabajo para atraer estas cadenas hacia América del Norte, traerlas de Asia o de otras regiones?

–Sí hay trabajo que se está haciendo desde diferentes frentes pero me parece que nos falta labor un poco más coordinada y más integral para ser más contundentes.

–¿De qué manera influyen en las decisiones económicas algunos cambios de reglas que se han dado?

–Cuando cambias las reglas, en automático, la gente, hasta que no entienda las nuevas reglas, toma sus decisiones. Una inversión no es: “la decido hoy y mañana la puedo cambiar”. Si la decido y ejecuto, pues es de largo plazo. Hay industrias en donde claramente las reglas han cambiado. Todos los actores están revisando cuáles van a ser las nuevas condiciones y también si hay afectación sobre las inversiones previas.

–¿Qué valoración que hace de la situación política y social en el país?

–No tocaré la parte política, pero lo que si hay que decir es que estamos viviendo la crisis social más importante desde la Revolución. Por un lado hemos hablado que esta crisis económica es la mayor crisis desde 1932, pero la crisis de salud, solamente se puede equiparar a una crisis como la que vimos en esas épocas. Que se hayan conjuntado una crisis de salud y otra económica genera un tema de preocupación social porque se ha perdido empleo, ha habido problemas de salud, que es lo mismo que ha ocurrido en todo el mundo, y tenemos que buscar cómo, en la nueva situación actual, logramos que capturemos los mayores niveles de crecimiento en el corto plazo.

“Esta crisis de salud y económica se está traduciendo en mayor pobreza, un problema real para los ingresos de las familias y me parece que siempre hay que tener el mayor diálogo posible entre los actores económicos, gobiernos estatales, federales e iniciativa privada para encontrar esos lugares donde la colaboración y sinergia incrementen la capacidad de ejecutar el crecimiento económico. Hoy tenemos ese reto como sociedad”.