Las mujeres con alimentación “poco saludable”, propensas al mal humor y el estrés, de acuerdo con un nuevo estudio
Para las mujeres mayores de 30 años, una dieta saludable puede ser especialmente crucial para evitar la ansiedad, la depresión y la angustia, según un estudio recientemente publicado en la revista Journal of Personalized Medicine. Además se comprobó que no todos los hábitos alimenticios «poco saludables» son iguales para la salud mental
Lo que comemos puede marcar una gran diferencia en la salud mental. Si bien, es cierto que todos hemos experimentado las consecuencias inmediatas de consumir una comida poco saludable: nos sentimos lentos, somnolientos, inflamados, con menor rendimiento físico y mental, e inclusive de mal humor. Consumir una comida chatarra de vez en cuando no es el mayor problema, volverlo un estilo de vida ¡sí lo es! Así lo sugiere un reciente estudio, en el cual los investigadores comprobaron las graves consecuencias para el bienestar y salud a largo plazo de seguir una dieta poco saludable. Los cuales por supuesto, van más allá del peso o la apariencia física, se relacionan directamente con la salud mental.
¿En qué consistió el estudio? Para probar si una dieta personalizada podría conducir a mejoras en el estado de ánimo entre hombres y mujeres de 30 años o más, los investigadores de la Universidad de Binghamton en Nueva York, pidieron a los sujetos del estudio que respondieran un cuestionario sobre sus hábitos alimenticios, actividad física y su estado de ánimo. Cabe mencionar que el estudio se basó en la observación de 322 mujeres y 322 hombres, por lo que fue una muestra considerablemente amplia. Los hallazgos fueron publicados el pasado mes de mayo en Journal of Personalized Medicine, en principio sin mucha novedad demostraron una asociación nada sorprendente entre una dieta saludable y su influencia positiva en el bienestar general. Sin embargo, lo interesante fue que también descubrieron un vínculo significativo entre la alimentación poco saludable y el mal humor, especialmente entre las mujeres participantes del estudio.
Según declaraciones de Lina Begdache, autora principal del estudio y profesora salud la Universidad de Binghamton y el autor principal del estudio: “Encontramos que en los patrones dietéticos poco saludables, el nivel de angustia mental era más alto en las mujeres que en los hombres, lo que confirmó que las mujeres son más susceptibles a una alimentación poco saludable que los hombres.”
Otro de los datos más relevantes del estudio sugiere lo siguiente: no todos los hábitos alimenticios poco saludables son iguales, sobre todo en lo que respecta a la salud mental. Los investigadores descubrieron que algunas opciones de alimentos y bebidas se asociaron más estrechamente con el mal humor que otras:
– Comer comida rápida y saltarse el desayuno, son hábitos que se relacionaron con peores puntuaciones en el estado de ánimo.
– El consumo excesivo de alimentos con un índice glucémico alto, ya que se caracterizan por aumentar rápidamente el nivel de azúcar en sangre. En este grupo se encuentran alimentos como los carbohidratos refinados: pan blanco, bollería industrial, papas fritas, postres comerciales y alimentos azucarados.
Las mujeres también eran más propensas a reportar otros efectos secundarios relacionados con el consumo de alimentos poco saludables. Finalmente no es ningún secreto decir que es un estilo de vida que aumenta el riesgo de padecer numerosas enfermedades cardiovasculares, afecciones digestivas, intestinales, hepáticas, diabetes y obesidad. Como dato al margen es importante mencionar que el estudio analizó la correlación, no la causalidad, por lo que no está claro si los alimentos causaron cambios en el estado de ánimo. Una de las posibles teorías, podría ser, que las personas más felices tienen más probabilidades de tomar decisiones más saludables, mientras que las personas ansiosas o deprimidas tienden a buscar consuelo, a través del consumo de alimentos menos saludables.
Por otro lado como descubrimientos adicionales de gran utilidad, los autores del estudio encontraron que las frutas y las verduras (especialmente las de hoja verde oscuro) están asociadas con el bienestar mental. Además incluyeron en la lista alimentos como las nueces y frutos secos, pescados grasos y semillas, que suelen asociarse con un estado de ánimo más positivo. También comprobaron que el ejercicio puede ayudar a contrarrestar los efectos secundarios mentales de una dieta poco saludable, lo asociaron como un factor importante en la salud psicológica de los participantes. De hecho comprobaron a través de los cuestionarios iniciales, que tanto los hombres como las mujeres que se ejercitan regularmente (aunque sea de bajo impacto y poco) tienden a tener una mejor salud mental que sus pares más sedentarios. Esto sugiere que el ejercicio podría mitigar los efectos secundarios psicológicos de comer comida chatarra, especialmente si hace ejercicio con regularidad.
Si bien podemos concluir, que el hecho de seguir una “dieta poco saludable” no es un sinónimo inevitable de entrar en un estado de depresión, es importante tener en cuenta que es una razón de peso que aumenta el riesgo de padecimientos de salud mental sobre todo en las mujeres en edad adulta. Además es una clara invitación general, para apostar por el consumo de alimentos integrales, saludables y amigables con la salud mental.